Ficha técnica
Título: Quererte no es sólo cuestión de suerte
Autor: Kate Eberlen
Fecha de publicación: 31 de enero de 2017
Colección: Planeta internacional
Páginas: 528
SINOPSIS
Tess está en Florencia apurando las vacaciones antes de empezar la universidad. Gus también está en Florencia de vacaciones, pero lo único que desea es escapar de todo. Durante un fugaz segundo, sus vidas se entrecruzan y en los siguientes dieciséis años todo parece indicar que están predestinados a no conocerse… ¿O quizá sí?
Las potentes voces de los dos protagonistas, narradas en primera persona, nos guían a través de sus vidas por separado pero en ellas siempre viven experiencias similares, durante más de dos décadas de tragedias, felicidad y experiencias únicas. Ellos son los irresistibles protagonistas de la mayor historia de amor de su generación.
Las potentes voces de los dos protagonistas, narradas en primera persona, nos guían a través de sus vidas por separado pero en ellas siempre viven experiencias similares, durante más de dos décadas de tragedias, felicidad y experiencias únicas. Ellos son los irresistibles protagonistas de la mayor historia de amor de su generación.
«Se cruzan, se intuyen, se oyen. Sin embargo, a veces tienen que pasar veinte años para reconocer al amor de su vida.»
RESEÑA
Resulta curioso cómo mientras intentamos planificar o prever el mañana, suceden pequeñas cosas a nuestro alrededor de las que no somos conscientes, el destino nos juega pasadas. Entre Tess y Gus las posibilidades los limitan, y únicamente la casualidad a través de los años logra acercarlos uno al otro durante no más que un momento pero sin llegar a conocerse.
Nuestra historia comienza para ser exactos en el año de 1997 en Florencia, ambos se encuentran de vacaciones, Gus acude a un apurado y algo bochornoso descanso con sus padres, mientras que Tess y su mejor amiga Doll se han dado una pequeña escapada antes de ingresar a la universidad.
Una mañana, una Tess curiosa decide hacer una pequeña excursión de visita a la iglesia de una colina, amante del arte y lo antiguo, Tess se siente apabullada y curiosa por tanta belleza en la ciudad, dentro del lóbrego pero pacifico recinto se hace una promesa a sí misma, volver algún día, y tal vez inconscientemente alberga el deseo de casarse en ese mismo lugar, abruptamente las luces de la iglesia se encienden y es durante unos cuantos segundo que el primer encuentro que lo desencadena todo se dá, jóvenes y timidos únicamente se observan uno al otro con la inmensidad del lugar de por medio, comparten ese primer instante especial.
Admito que a mi parecer, la entrada de la historia me resultó un poquillo desconcertante (la protagonista se topa con un desconocido en una iglesia) no me sentí cautivada por esa introducción, inclusive me llegó a parecer irrelevante ese detalle (no me juzguen estaba agarrándole sabor a la historia) sin embargo la cadencia con la que Tess desenvuelve su versión de los hechos y su vida creó en mi la necesidad de saber más sobre ella, la penúltima de 4 hermanos con una apreciación por el arte y las letras. A lo largo de la historia, el carácter dulce sino que indulgente de Tess se pone en evidencia, al regreso del viaje recibe una noticia impactante de su madre que la obliga a replantear su futuro y prioridades en la vida, el cáncer que tiempo atrás había logrado erradicar a vuelto y le ha cobrado factura más rápido de lo que pensaba sin tener ninguna posibilidad en su contra.
Por suerte o más bien, para consuelo de Tess y su hermana menor Hope, éste les da tiempo de poner en orden y planear los cambios que se habrán de hacer en ausencia de su madre (puesto que el padre de ambas, nunca ha sido de mucha ayuda, un hombre ególatra y con inclinación por la bebida).
Tess se ve obligada a declinar su ingreso a la universidad y con tan sólo 18 años se hace cargo de lo que queda de su hogar y la pequeña Hope de no más de 6 años de edad.
La vida ambas sufre un giro de 180º con lo que antepone las necesidades y el futuro de su hermana al propio, a pesar de las adversidades y gracias al apoyo de Doll logra seguir adelante.
Mientras tanto, en el lado de Gus la vida transcurre con la normalidad de quién lo tiene todo, exceptuando el hecho de su inconformismo por la carrera en la que ha ingresado, principalmente empujado por la presión paterna y la duda existencial sobre que es lo que desea realmente hacer con su vida.
Sobre su familia y él aún permanece el fantasma de un trágico accidente, la muerte de su hermano mayor.
Ross, quien perdió la vida durante una carrera en esquí chocando contra un árbol. Hijo predilecto y alumno prometedor, Gus siempre permaneció a la sombra de quién tiene un futuro brillante por delante y es primero en todo, acomplejado por su muerte, decide intentar llenar ese vacío en las expectativas de sus padres y lo s que conocieron a su hermano, con el transcurso del tiempo no genera más que frustración, rabia y tristesa en él.
Nunca lo ven como un chico independiente como tal, sino como "hermano de", así que este pequeño nuevo comienzo en el colegio le permite un escape a aquello que siempre lo atormentará a lo largo de su vida.
En mi opinión es una historia con mucho carácter y una trama que te mantiene pendiente por más (una vez superadas las primeras líneas jejeje), me encanta la idea de como el destino se encarga de poner a todos y todo en su lugar, como si desde un principio se tratase de un macabro juego en el que tienes partida pero no opinión, todo cae por su propio peso y logra ponerse donde debió estar, he quedado completamente prendada de todos y cada uno de los personajes, pero sobre todo me encanta la sencillez y humildad con la que Tess afronta su vida.
Una historia dinámica que no sólo es narrada desde la perspectiva de ambos protagonistas, sino que también mantiene un ritmo entre sus vidas, alternándose en cada paso que dan.
Un libro del que ten por supuesto te enamorarás y sentirás sino identificado, por lo menos con algo aprendido.
Mi favorito del mes, sin dudarlo.
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